miércoles, 11 de junio de 2008 | |

Enanos de jardín (por Marcelo Dance)

Desde principios de los años 90’s, algo muy extraño comenzó a pasar en los jardines suburbanos franceses: sus enanos empezaron a desaparecer.
El responsable de la desaparición de estos enanos y de otros cientos de pequeñas estatuas es el Frente de liberación de enanos de jardín (FLNJ por sus siglas en francés), originario de Francia, que ya cuenta con adeptos (y liberaciones) en Bélgica, España, Alemania, Canadá y Estados Unidos.
El motivo de tales secuestros? muy simple, los integrantes del FLNJ sostienen que los enanos (junto a los animales de yeso que adornan los jardines) están privados de su libertad por sus dueños. Entonces organizan “rescates” nocturnos. El FLNJ libera (roba) las estatuas, y las devuelve a su ámbito natural, el bosque, no sin antes tomar una foto de la hazaña y subirla a la Web.

Además dicen estos terroristas de jardín, que su intención es enarbolar las banderas de la lucha contra el mal gusto de la pequeña burguesía, en forma de rebelión inocente, pero organizada.
El problema es que lo que para unos es una diversión para otros es un robo. En 1997, el líder del movimiento recibió una condena de prisión en suspenso por los robos y las liberaciones pararon por un tiempo. Pero volvieron a la carga en el verano del 2001, cuando una multitud de enanos bloquearon una calle francesa. Los enanos estaban dispuestos de manera que formaban la frase “liberen a los gnomos”.
Muchos de nosotros al ver estos enanos, mas de una vez nos hemos preguntado: de dónde viene esta moda de los enanos de jardín?
La teoría más aceptada es aquella desarrollada por el sociólogo alemán Hans Prahl, jefe en el país germano de una nueva raza de la etnología: la enanología.
Alemania es la patria del enano de jardín. Cuna de la cultura kitsch (o sea esa cultura que rescata todo lo vulgar, pasado de moda o de mal gusto), alemania alberga en sus jardines no menos de 30 millones de enanos (uno de cada seis jardines posee al menos uno).
Y esta tradición nos remontaría a la edad media, más precisamente en Turquía. Aparentemente los enanos de jardín serían réplicas de los pigmeos que se reclutaban para trabajar en las minas subterráneas.
Estos pequeños mineros utilizaban bonetes rojos rellenos con hierbas para protegerse de los derrumbes y vestían prendas coloridas para ser vistos en la oscuridad de las cavernas.
Dichos personajes fueron rápidamente considerados como símbolos de las fuerzas ocultas, de la ingeniosidad y del conocimiento de tesoros escondidos. Para exorcizar posibles maleficios de estos seres que vivían en contacto con criaturas infernales del centro de la tierra, y para conjurar a estos demonios hipotéticos, los explotadores de minas mandaron confeccionar figuras de tierra semejantes a sus empleados.
Estas estatuas conocieron rápidamente un cierto éxito como objetos decorativos. Los comerciantes los exportaban hacia Europa. En Italia, algunos príncipes instalaban sus singulares esculturas de pequeños mineros en puntos de sombra de sus parques. Según documentos de príncipes de la región del Bajo Rhin, encontramos sus huellas en Alemania hacia 1460.
Estos figurines se vulgarizaron adoptando proporciones cada vez más reducidas a medida que se difundían socialmente. Su popularidad continuó hasta el siglo XIX.
Es así que después de cuatro siglos de popularidad, la producción de enanos se industrializa en el año 1874 bajo la iniciativa de Phillipe Griebel, fabricante de cerámica de Grafferonda (Alemania). El invento de los materiales plásticos aceleró la proliferación a tal punto que no hace falta más que ocho minutos para darle nacimiento a un enano de ese material.
Ante este hecho, numerosas asociaciones de protección de enanos de jardín han sido fundadas en Alemania, Suiza y Bélgica. Bajo el lema "debemos proteger los enanos contra el abuso y crimen", estas asociaciones luchan contra los frentes de liberación de enanos, contra la ridiculización del enano y contra la fabricación de productos no legítimos, que no respeten la tradición germana. Cabe destacar que estos problemas se discuten en los distintas convenciones internacionales de enanos de jardín que se vienen realizando en distintos países desde 1995.

Y la otra pregunta mas común es: los enanos de jardín traen buena o mala suerte?
Según el folclore alemán, los gnomos o enanos de jardín son amuletos de la buena suerte. Se supone que ayudan en las tareas de la casa y en las áreas rurales suelen ser colocados en las vigas de los graneros, desde donde vigilan atentamente a los animales del dueño de casa, al igual que las cosechas y los productos de jardín.
Para terminar, cabe aclarar que numerosos son los mitos relativos a los enanos de jardín. Algunos señalan que estos muñecos de yeso encierran vida y que son capaces de los actos más aberrantes, otros los señalan como representantes de la vida extraterrestre. Recientemente han aparecidos unos cuantos que asocian a los enanos de jardín con la vida erótica y no dudan en vivir tórridos romances con ellos. A estas prácticas se las ha denominado gnomofilia.
(Comentado en "Curiosa Noche" el 09/06/08)

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