sábado, 11 de octubre de 2008 | |

La Verdad sobre las Almas Gemelas (por Marcelo Dance)

Cuántas veces en nuestra vida nos hemos enamorado y creímos encontrar en esa personita tan especial a nuestra Alma gemela?

Cuántas veces nos ilusionamos y nos sorprendimos al descubrir que hasta nuestras mentes estaban sincronizadas y que casi pensábamos lo mismo, aún estando separados?

Cuánto tiempo duró cada una de esas ilusiones?

El tema de las almas gemelas es bastante más complejo que una simple colección de metejones a discreción que nos ha tocado vivir. Esas joyas que brillaron con luz propia en el fangal de nuestra miserable existencia...

Por eso, lejos ya de toda ilusión amorosa, nos preguntamos: Que son las almas gemelas? y a eso vamos mis queridos amigos...

Según los orientales, las almas gemelas son creación de Dios, Él les habría dado una forma circular como la de una esfera y la dividió en dos partes, colocando cada parte en un cuerpo diferente. El hombre es Yang y la mujer es Ying. En esta verdad reside todo concepto de las almas gemelas. Son dos partes de un mismo todo, dividido en porciones masculina y femenina. Son dos polaridades que juntas forman una sola.

El encuentro de las almas gemelas sucede mucho antes de ocurrir el conocimiento en el plano físico.

Ese encuentro se va realizando a través de estadios, que se van encadenando unos con otros, desde el espiritual hasta el físico, pasando por la simpatía, la conciencia y el deseo...

Sostienen además, que en el origen, éramos entidades únicas, chispas de la Divinidad. Ante el Creador, acordamos descender al plano de la tercera dimensión a continuar la Obra Creativa, cumpliendo una Misión Conjunta.

Dado que el mundo que conocemos es el reino de la dualidad, tuvimos que dividirnos en dos mitades. El plan consistía en vivir vidas separadas y cumplir funciones diferentes, hasta que -habiendo experimentado todas las formas de nuestras cualidades únicas a través de distintas encarnaciones y recuperado nuestro recuerdo de quien somos en realidad- estuviéramos preparados para el reencuentro. Una vez logrado éste, podríamos cumplir nuestra Misión Conjunta.

En otro plano de razonamiento diametralmente opuesto, encontramos al Profesor Jorge Raúl Olguín (Psicólogo Cognoscitivo y especialista en Autoayuda; Contacto angélico; Almas Gemelas; Elementales; OVNIs; Karmas; Tantra y Mediumnidad) que sostiene que Platón, el famoso filósofo griego, que como todo griego jamás ocultó sus preferencias homosexuales, cometió un grave error que marcó a las generaciones futuras con un concepto equivocado:

En su obra "El Banquete", Aristófanes habla de tres sexos: masculino, femenino y andrógino. Este último sexo estaba compuesto por seres dobles, antecesores de los hombres actuales que, como eran fuertes e inteligentes, lograban que los dioses se sintieran amenazados. Entonces Zeus, cuando no, montó en cólera y en lugar de convertirlos en constelaciones como era su constumbre (recuerden los mitos zodiacales), decidió dividirlos.

A partir de ese momento, las mitades separadas andan en búsqueda de su mitad complementaria. De esa metáfora de Aristófanes contada por Platón, que permaneció en la memoria histórica de la raza humana, sacamos la errónea conclusión que somos seres incompletos y el deseo amoroso consistiría en la búsqueda de la otra mitad. Con esa teoría se acrecentó aún más el Ego protagonista, ese Yo que vive necesitando, ese Yo que no está completo si no interactúa con el Yo de la otra persona. Creernos la mitad de otra alma es un rol como el de sentirnos víctimas de alguna circunstancia.

Sostiene el Profesor Olguín que siempre nos han enseñado que las almas gemelas eran las dos mitades de un alma que se buscaban para volver a unirse.

Lamentablemente, eso es crear en el ser humano una dependencia afectiva. Todo lo contrario de lo que enseñan en las clases de autoayuda.

Tambien nos explicaban que las almas gemelas eran dos almas tan iguales que, cuando encarnaban en el plano físico, siempre eran de distinto sexo para poder ejercer una atracción recíproca.

De esa manera nos enseñaban a necesitar, a ser dependientes de un amor personal. No entendían que, al no necesitar, podíamos utilizar toda nuestra energía de amor para dar al otro.

Al mostrarnos la teoría de esa manera nos indicaban todo lo contrario del genuino camino espiritual, que explica que el verdadero amor no necesita, porque es Amor de Servicio. Ese es el Amor impersonal. Porque el amor personal que damos y recibimos a diario se alimenta de emociones negativas difíciles de controlar, de dudas, de celos, de diversos roles de control entre uno y otro protagonista de ese sentimiento. Por el contrario, el Amor Impersonal no intenta manipular ni busca dominar a la persona a la que va dirigido ese afecto, sino que trata de serle útil... pues no importa uno, sino el otro.

Pero para brindar ese amor tan excelso, tan elevado, no es necesario buscar la excusa de que somos la mitad de un todo y la otra mitad es aquel ser a quien tenemos que amar.

Gracias a Dios, la respuesta es más sencilla y menos egoísta. Porque, en realidad, las almas gemelas no son dos partes de un mismo espíritu.

Tampoco son necesariamente espíritus de distinto sexo, pues los espíritus no tienen sexo.

La teoría espiritual explica que las almas vibran en forma sutil o en forma densa, de acuerdo a su altruismo o egoísmo. Cada vibración es distinta a la otra, pero hay espíritus que tienen vibraciones afines.

Ahora bien, lejos de las teorías orientales, y de las contundentes afirmaciones basadas en los escritos del Profesor Olguín, para nosotros, latinos y humanos de carne y hueso, podemos llegar a comprender un amor desinteresado? un amor donde la posesión y los celos no existan? Un amor impersonal? Un amor servicial?
O deberíamos darle la razón a John Lydon (o Johny Rotten como ustedes prefieran) cuando decía aquello de que amor es lo que uno siente por su perro o por su gato...

Tratemos de ser pragmáticos, tratemos de utilizar nuestro sentido común y nuestra intuición. Lejos de la imortalidad, debemos asumir que al igual que la vida, nada es eterno, y el amor tampoco es la excepción...

Lejos de comprender el amor, y aún mas lejos de comprender las almas gemelas, como decía un amigo, vivimos como nos sale, y amamos como podemos...

y en el intento, a lo largo de nuestra existencia, cuando hagamos una pausa entre romance y romance, recordaremos con cierta nostalgia esos corazones rotos que han quedado por ahí, mientras buscamos el frasco de merthiolate para curar una nueva herida en el nuestro...
(Comentado en "Curiosa Noche" el 09/04/08)

1 comentarios:

antonia obiol y corcoll dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.