martes, 23 de junio de 2009 | |

La hibernación de las mujeres

Dicen los especialistas que cuando las condiciones ambientales exceden la capacidad para mantener un equilibrio con el medio externo, algunas especies animales se retraen e inactivan esperando mejores condiciones para la supervivencia. A eso se le llama Hibernación.-

Ayer comenzó el invierno en el hemisferio sur, y al leer el título de esta entrada, ustedes seguramente se preguntarán: Porqué sostengo que las mujeres hibernan?. Muy simple.
Si bien los inviernos pasan desapercibidos en nuestra ciudad de Goya. Apenas unas cuantas noches frías que nunca llegan a completar ni siquiera la totalidad de un mes, en otros sitios más australes de nuestro país, donde los inviernos suelen ser interminables, las mujeres se esconden. No salen. Por lo tanto: hibernan.

Es comprobable que las mujeres siempre sufren más las incidencias climáticas que los hombres. Cuando hace calor, tienen más calor que nosotros o muchísimo menos. Y cuando hace frío, por lo general tienen mucho más frío que nosotros.-

Es muy triste comprobar en esas frías noches de invierno, los lugares nocturnos plagados de machos que no habiendo asegurado su “huesito” en el verano, salen desesperados a ver que encuentran. Y que es lo que encuentran? Nada o casi nada. Ni siquiera las más feas se le animan al frío (exceptuando unas cuantas “Lorenzas”, caso que comentaré mas adelante).

Está comprobado que osos, tortugas y murciélagos hibernan. De hecho las serpientes también. Y tal como lo describe el escritor Jorge Abalos en su libro “Terciopelo”, una historia sobre una culebra y sus vivencias para salir del letargo invernal (la culebra, para aquellos que no lo saben, es un animal parecido a una suegra, con ojos amarillos y lengua filosa, que anda reptando por la vida). Y esto no es casual, porque si el proceso de hibernación es complejo, el despertar también lo es.

Pasado el invierno, llega la primavera. Y esta es la temporada indicada para la cacería. Porque? Al hibernar (obviamente esto lo digo en sentido figurado, aunque algunos ejemplares femeninos son capaces de dormir 20 horas por día), las mujeres sienten cambios corporales notables. La temperatura les baja (al igual que la del clima exterior) por lo tanto tienen mucho más frío que los hombres; notan cambios en el sistema endócrino, en el volúmen y composición de la sangre; en el ritmo del corazón; etcétera…

Entonces que ocurre. Llegan los calores a nuestra ciudad, de golpe, como pasa todos los años. Un día cualquiera de setiembre u octubre la temperatura sube 10 ó 15 grados y de ahí sigue subiendo hasta Abril o Mayo en que comienza a descender otra vez. Las mujeres que vienen del letargo invernal están como desorientadas. Les cuesta razonar. Se ponen ropa liviana. Es más se sacan casi toda la ropa. Y es ahí cuando debemos atacar. Porque? Porqué las agarramos desprevenidas, sin fuerzas, con pocas defensas…

Pero cuidado, hay que manejarse con tacto. No sean brutos! Hay muchas chicas que están fastidiosas. Porque la hibernación produce entre otras cosas estreñimiento. Y no hay peor cosa que una mujer estreñida. Hay que ser cauteloso. Tenemos todo el tiempo del mundo. Recuerden que salir del estado de hibernación a las mujeres les lleva tiempo. Días, a veces semanas. Ellas se van recuperando como pueden, lentamente, con su propio ritmo biológico.-

Para aquellos que no pueden esperar a la llegada del calor primaveral, les queda una: “Las Lorenzas”. También conocidas por “Loros”, “Pajarracos” ó “Papagayos”. Esa extraña mezcla de mujer pájaro (al estilo Luisa Delfino) mitad mujer; mitad loro, papagayo o cotorra en el mejor de los casos. Algunas con plumas de colores incluídas. Feas por donde se las mire. Bichazos de aquellos. Juira!!!
Estas tiernas cristuras no hibernan. Todo lo contrario. Aprovechan esta época para salir a arrasar con todo lo que encuentran, concientes de la falta de mujeres lindas. Y como siempre hay un alma bondadosa, o dos, o veinte (sobre todo en el interior de nuestro generoso país, donde la gente es tan buena y tan dispuesta) nunca falta algún “guacho” que se le anima y les hace el “obsequio” a estos pajarracos impresentables, con lo cual, y debido a los sorpresivos y por lo general no deseados embarazos, permiten que se siga conservando la especie.

Y así como algunos hijos de su madre ofertan excursiones a lugares con gran cantidad de oseras para cazar osos mientras estos duermen. (Esto es cierto. Hay cantidad de ofertas en la Web de excursiones donde se cazan osos u osas que están hibernando). También están los aprovechadores que dedican el invierno para visitar a las niñas en sus respectivas casas, en un acto que demuestra una falta total de espíritu deportivo. Muchachos, donde quedó el Fair Play?

De todas formas, no se obtienen muy buenos resultados con éstas prácticas invernales a domicilio. Yo lo he intentado en algunos momentos de mi vida, y no se logra mucho. Cuando las minas hibernan, no hay vuelta que darle.-

Por lo tanto, machos de mi patria chica correntina, a no desesperarse que el invierno apenas ha comenzado. Pero recuerden siempre las palabras del genial “Negro” Olmedo: “Siempre que llovió, paró”.-
Ya volverá el calorcito con esas hermosas ninfas llenando nuestras calles con su encanto. Las mujeres. Como cuesta vivir con ellas… pero como cuesta vivir cuando no las tenemos…

Lo más hermoso que ha puesto Dios sobre esta tierra…A las que obviamente, y dejando de lado todas las bromas que se pueda hace, son las que nos dan la existencia…

Nunca se olviden que a las mujeres, a nuestras madres, les debemos el hecho de estar vivos…

Y recemos porque el invierno no dure mucho!

(Comentado en La Roca el 28/08/06)

1 comentarios:

Moka Hammeken dijo...

A mi me pasa al revez , en verano espero mejores condiciones de vida... ya que en invierno con algunos tragos espirituosos simplemente se mantiene caliente...

Saludos y felizzz invierno!