Según un estudio realizado por el profesor Robert James Ritchie psicólogo especializado en patologías narcizoides de la universidad de Detroit (Michigan) entre 500 encuestados, un hombre se mira al espejo un promedio de 27 veces al día.-
Este estudio realizado en el año 2007 entre hombres de todo tipo (incluyendo: metrosexuales, retrosexuales, tecnosexuales, paranormales, paramilitares, sacerdotes, camioneros, policías y conductores y operadores de radio entre otros) determinó que aquellos que menos se miran al espejo lo hacen al menos unas 4 veces al día, mientras que los más narcisistas o coquetos por así llamarlos, lo hacen entre 50 y 60 veces o más cada 24 horas.-
Muchos mostraron un escaso interés cuando además se les preguntó que opinaban de las mujeres que sostienen que un hombre que se mira tanto al espejo entra automáticamente en la categoría de: narcisista, egoísta, vanidoso, coqueto, psicópata sexual, inadaptado social, barrabrava, taxi-boy, homosexual, creído, egocéntrico, onanista compulsivo, mamero, idiota, descerebrado, etc...
Dado que en esta radio hay por lo menos tres vanidosos compulsivos, de los que no pienso dar nombres por razones de secreto de sumario, podríamos agregar con conocimiento de causa, que un hombre vanidoso o coqueto como antes mencionaba, no solo se mira en el espejo sino que también contempla o admira su imágen en: vidrieras de negocios, ventanas comunes, puertas de vidrio (tipo blindex), ventanas espejadas, espejitos retrovisores de autos y motos, chapas de acero inoxidable, charquitos de agua, papel metalizado de los alfajores o caramelos, relojes, monitores de pc apagados, en la azucarera, en las cucharas, en los anteojos espejados de otro hombre vanidoso, botellas de gin o vodka, frascos de perfume, relojes despertadores, e incluso en el río cuando va a pescar o a pasear en lancha.
Sin tener en cuenta éstos últimos lo peligroso del caso, ya que nunca se sabe de dónde puede salir una Némesis, o sea la diosa de la venganza, y una vez ahogados en las aguas (al igual que Narciso en la fuente) terminen convertidos en una flor.
Este estudio realizado en el año 2007 entre hombres de todo tipo (incluyendo: metrosexuales, retrosexuales, tecnosexuales, paranormales, paramilitares, sacerdotes, camioneros, policías y conductores y operadores de radio entre otros) determinó que aquellos que menos se miran al espejo lo hacen al menos unas 4 veces al día, mientras que los más narcisistas o coquetos por así llamarlos, lo hacen entre 50 y 60 veces o más cada 24 horas.-
Muchos mostraron un escaso interés cuando además se les preguntó que opinaban de las mujeres que sostienen que un hombre que se mira tanto al espejo entra automáticamente en la categoría de: narcisista, egoísta, vanidoso, coqueto, psicópata sexual, inadaptado social, barrabrava, taxi-boy, homosexual, creído, egocéntrico, onanista compulsivo, mamero, idiota, descerebrado, etc...
Dado que en esta radio hay por lo menos tres vanidosos compulsivos, de los que no pienso dar nombres por razones de secreto de sumario, podríamos agregar con conocimiento de causa, que un hombre vanidoso o coqueto como antes mencionaba, no solo se mira en el espejo sino que también contempla o admira su imágen en: vidrieras de negocios, ventanas comunes, puertas de vidrio (tipo blindex), ventanas espejadas, espejitos retrovisores de autos y motos, chapas de acero inoxidable, charquitos de agua, papel metalizado de los alfajores o caramelos, relojes, monitores de pc apagados, en la azucarera, en las cucharas, en los anteojos espejados de otro hombre vanidoso, botellas de gin o vodka, frascos de perfume, relojes despertadores, e incluso en el río cuando va a pescar o a pasear en lancha.
Sin tener en cuenta éstos últimos lo peligroso del caso, ya que nunca se sabe de dónde puede salir una Némesis, o sea la diosa de la venganza, y una vez ahogados en las aguas (al igual que Narciso en la fuente) terminen convertidos en una flor.
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