miércoles, 25 de marzo de 2009 | | 2 comentarios

El Hombre Ameba (por Marcelo Dance)

Leyendo un ejemplar de MUY INTERESANTE del mes de marzo del 2006 (agradecimiento especial para la persona que me la prestó, que me recomendó: - Cuidala porque es de mi marido! y mi marido mezquina más las revistas que mi traste.-) había un pequeño artículo titulado: “ELLAS SIEMPRE DICEN SI”, pero no se hagan ilusiones, no es lo que ustedes piensan. Era un trabajo de investigación sobre la predilección de las mujeres sobre las calorías. Decía el mencionado artículo que se había realizado un estudio con dos ratones de ambos sexos (cada uno de un sexo para que les quede claro, o sea uno masculino y otro femenino, o sea un ratón y una ratona) a los que se les ofrecían una bebida azucarada y otra sin azúcar. Pero además junto a las bebidas se había colocado una típica rueda de ejercicios, esas en las que los ratones o hamsters giran como imbéciles durante horas. Se acuerdan de esos bichitos por lo que los chicos rompieron tanto, y después de dos días de verlos dar vueltas a la rueda, se aburren, no les dan más bola, por ende tampoco les dan de comer y los hamsters se mueren en menos de una semana…Y ustedes, los padres gastaron un montón de guita en los hamsters, la jaula, la rueda y la mar en coche??? Bueno, esos!

Volviendo al experimento, decían que ambos sexos mostraron preferencia por las bebidas dulces, sin embargo, las hembras terminaron consumiendo más calorías por día que sus compañeros. Y es que a la hora de elegir entre la bebida dulce o el ejercicio, ellas mostraron menos inclinación que ellos a entrar en la rueda giratoria y más a endulzarse el paladar.-

Para los investigadores, esto es así, porque las mujeres tienden a consumir calorías extra si éstas están a su alcance. Al parecer por cuestiones evolutivas, los mamíferos de sexo femenino tienen que desarrollar tareas que requieren mayor aporte de energía que los del sexo opuesto, entre ellas, cargar con la prole, producir leche, etc…
Y ahí volvió a mi memoria una cuestión que siempre me provocó inquietud. Habiendo tantos seres humanos inferiores (y esto lo digo de onda… que no se tome como un comentario racista, discriminatorio, ni mucho menos), tantas vidas al “dope”, tanta existencia insignificante, porque se siguen mortificando ratas, chimpancés, perros, gatos, etc… que de última jamás se pueden comparar fehacientemente con una investigación hecha directamente con seres humanos?...

M.R.C., una licenciada en Física con la que tuve un acercamiento (por decirlo así) de año y medio, una vez me comentó: sabés que pasa, lo que decis es cierto, pero hay seres humanos que tienen menos reacción a los estímulos que una ameba, entonces no sirven ni siquiera para experimentar…

De ahí surge mi teoría del HOMBRE AMEBA.

Se trataría de seres posiblemente unicelulares, en apariencia humanos. Digamos. De sexo indeciso. Si bien es fácil distinguir un hombre de una mujer ameba, a simple vista, hay ciertos comportamientos y reacciones que al menos los hacen parecer andróginos, asexuados (una mezcla entre Michael Jackson, Prince, Leonor Benedetto y Nacha Guevara). Son criaturas de sangre fría, por eso les afecta mucho más el frío que el calor. Siempre tienen frío, aún en pleno verano. Se los puede ver a 45º a la sombra con la camisita o la chomba abrochada hasta el último botón.-

Siguiendo algún patrón genético de conducta anoréxica, casi no ingieren alimento alguno. Tienen una piel casi transparente de tan blanca o a veces tienden a lograr un reflejo mate cocido , tirando al verdoso. Puede ser esto a causa del exceso de su única ingesta proteica, precisamente el mate o el insípido té verde. Pareciera como que no respiraran, aunque lo hacen. Y a veces hasta emiten algún sonido, en forma de palabras. Y acá viene lo más jodido:

Son capaces de mezclar frases o pensamientos propios (léase algún monosílabo suelto) con algo que quizás le dijimos hace un par de minutos, o hace un mes atrás, da lo mismo. Lo sacan de contexto, lo mezclan, lo tamizan, lo procesan por su única neurona y largan una incongruencia tal, que es difícil adivinar no solo lo que el hombre o la mujer ameba quiso decir, sino hasta cual era el tema original de nuestra conversación.-

Es fácil distinguirlos en los lugares públicos, porque por lo general están solos. O a veces se juntan con otro u otra de su especie. En el colegio nunca sobresalen. Es más, casi nadie se da cuenta de que existen, hasta que cometen la torpeza de abrir la boca. Si no fuera por esto el hombre o la mujer ameba pasarían por los ciclos educativos sin dejar rastro alguno, ni siquiera en nuestras memorias. Y mucho menos en las de los profesores…

Parecen criaturas inofensivas, pero cuidado no hay que confiarse demasiado. Son organismos a los que Dios dotó de una sola neurona y por lo tanto aún sin intención pueden joderle la vida a cualquiera, ya que pese a sus limitaciones, la naturaleza los ha dotado de una suerte envidiable. A veces logran acceder a los puestos más altos. Por pura casualidad, pero lo logran.-
(Hagan memoria, hace unos 5 años atrás tuvimos un presidente que era un ejemplar típico de hombre ameba, me refiero a Don Fernando de la Rúa, que nos dejó en la parte final de su apellido. Eso si, lo hizo sin querer, queriendo…)

Y lo peor de todo es que estas criaturas de la creación pudiendo ser felices, no lo son. Porque no se dan cuenta. Para ellos, la vida es aún mas incomprensible que para la mayoría de los mortales, entre los cuales me cuento, obviamente. Y expresan felicidad, cuando por ejemplo se muere algún familiar cercano, y tristeza cuando gana su equipo de fútbol favorito, si es que tienen equipo favorito.

Pero no todo es inocencia en estos pequeños seres. Viendo que los demás seres humanos son felices y gozan de la vida, salen a la caza de esas vidas ajenas y empiezan a gestar dentro de esa diminuta formación de materia gris una envidia abominable, que los hace más peligrosos y peligrosas que una novia despechada.-

Por eso chicos, queda a criterio de ustedes acercarse o no a estos ejemplares, tan poco ejemplares de la raza humana. Si se acercan tomen sus precauciones y traten de mantener cierta distancia, porque es bastante difícil despegarse de estas pegajosas e inanes criaturas…

(Comentado en “La Roca” el 04/07/06)

sábado, 7 de marzo de 2009 | | 0 comentarios

Posesión

“Uno de los principales síntomas de la sabiduría es la comprensión de que nada podemos retener. Todo fluye. Todo está siendo y dejado de ser al mismo tiempo. Todo es “prestado”. Los que entienden eso viven plenamente y no le temen a la muerte.
El afán de retener al ser amado, de apropiarse de él, de poseerlo, es tan nocivo para el amor, como la rutina”

(Eliseo Subiela (Cineasta argentino))